ACTITUDES
Las dos actitudes respecto del mundo exterior son:
- La extraversión, que conlleva una focalización en el mundo exterior en detrimento del individuo.
- La introversión, donde el interés recae en el individuo, pasando a un segundo plano lo externo a él.
Ambas actitudes están siempre presentes en la personalidad, manejando el Yo y el inconsciente personal actitudes opuestas, de tal modo que aquella de las dos que sea dominante producirá la represión inmediata de la segunda.
Nadie es completamente introvertido, ni absolutamente extravertido. Sin embargo, cada individuo trata de favorecer una u otra actitud. En ocasiones es más apropiada la introversión, otras veces lo es la extraversión. Las dos son mutuamente excluyentes. No se puede mantener en forma concurrente una actitud introvertida y otra extravertida. Ninguna de las dos es mejor que la otra. El ideal es adoptar la actitud que resulte más apropiada para el sujeto.
El incremento de la energía psíquica en un sistema provoca automáticamente su disminución en favor de su disponibilidad para otro sistema. Ello da lugar a que cuanto mayor sea la expresión consciente de una actitud mayor es el desarrollo inconsciente de la alternativa.
FUNCIONES
Al lado de estas dos formas de reacción de la conciencia ante la presencia de contenidos, existen cuatro funciones, cualquiera de las cuales puede ser dominante:
- Pensamiento: El pensamiento es la actividad y creación de la mente; se dice de todo aquello que es traído a la existencia mediante la actividad del intelecto.
- Sentimiento: Sentimiento se refiere tanto a un estado de ánimo como también a una emoción conceptualizada que determina el estado de ánimo.
- Sensación: La sensación, también conocida como procesamiento sensorial, es la recepción de estímulos mediante los órganos sensoriales.
- Intuición: La intuición es un concepto de la Teoría del conocimiento aplicado también en la epistemología que describe el que es directo e inmediato, sin intervención de la deducción o la razón (o razonamiento), siendo considerado como evidente.
De las cuatro existe el predominio de una por predisposición natural, definida como función principal o superior, mientras las restantes quedan a nivel inconsciente. Dos de ellas, denominadas funciones auxiliares, resultan relativamente diferenciadas, mientras que la cuarta, la función de menor valor o inferior, se caracterizaría por quedar totalmente inconsciente, pudiéndose diferenciar solo relativamente, y constituyéndose como la función opuesta a la principal. Dicho antagonismo incluiría su correspondiente compensación.
Considerando las dos actitudes en combinación con las cuatro funciones, resultarían ocho variaciones tipológicas puras. Dado que esto último no prima en la realidad fáctica, nos hallamos ante formas mixtas innumerables.
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